

Plenitud - Joanna de Angelis

Las filosofías pesimistas y las doctrinas religiosas arbitrarias han establecido que la vida es sufrimiento y que todo intento de liberarse de él resulta en un miserable fracaso.
Pensadores apresurados de ayer y de hoy, fieles al innoble diagnóstico , proponen el suicidio como solución, la eutanasia y el aborto como mecanismos de escape para superar situaciones angustiosas y la pena de muerte como recurso punitivo, en una demostración de comportamiento materialista rebelde y ácido , en el que la crueldad asume un papel preponderante.
El utilitarismo (principio del máximo bienestar) y el hedonismo (filosofía del placer), sobre los que construyen sus aspiraciones, son responsables de la visión distorsionada de la realidad de la que quieren liberarse.
Ciertamente, el sufrimiento es parte de la vida , pues es un mecanismo de la naturaleza mediante el cual se expresa y consolida el progreso intelectual y moral. El diamante en bruto espera ser pulido para brillar como una estrella luminosa.
Los metales necesitan altas temperaturas para moldearse, adquirir belleza y ser útiles. La madera experimenta con herramientas de corte para desempeñar las importantes funciones a las que está destinada. El río excava su propio cauce por el que fluye.
Así mismo, el Espíritu necesita pulir las aristas que cubren su luminosidad, y, para ello, el sufrimiento se presenta como un hecho normal, que el conocimiento y la fuerza de voluntad pueden manejar con equilibrio, logrando el propósito sublime para el que está destinado.
El sufrimiento , por otro lado, está ligado a la sensibilidad de cada persona y, por lo tanto, varía y adquiere distintas dimensiones. El dolor del bruto es salvaje y perturbador, desembocando en agresión y locura. El sufrimiento del esteta y del santo se expresa como un anhelo de liberación y crecimiento interior.
Atravesando las fases primarias de la vida, en su mecanismo automático de evolución, la psique amplía sus capacidades innatas y desarrolla las semillas de perfección que yacen en su interior, convirtiéndose en heredera de experiencias anteriores en la etapa inmediata.
El sufrimiento, frente a las conminaciones de amargura y dolor que conlleva, ha merecido la más amplia inversión histórica que se haya registrado, con el fin de liberarlo y alcanzar la plenitud de la criatura.
Desde Krishna hasta Buda, pasando por Jesús, hasta Allan Kardec, la visión religiosa y filosófica del sufrimiento ha recibido valiosos aportes, que hoy, en los esfuerzos de los modernos científicos de la salud holística, parecen alcanzar un mayor grado de comprensión del hombre y su interrelación con las fuerzas vivas de la naturaleza, reflejadas en la Ecología, conduciendo a una mayor comprensión de la vida y su propósito.
Antecipando esta conduta hodierna, o Espiritismo vem conclamando o homem para o respeito a Deus, a si mesmo, ao próximo, a todas as expressões vivas ou não que lhe constituem o ambiente em que está localizado, para aprender e ser feliz, assim adquirindo a sua plenitude.
Considerando el problema humano, existente en el propio individuo (la falta de autoconocimiento) y teniendo en cuenta los factores urgentes que desencadenan el sufrimiento , arrastrando a multitudes a la locura, al desánimo, a la alucinación, a huidas ignominiosas a través del suicidio y las adicciones.
Hemos decidido profundizar en el estudio de este tema, que ahora se reúne en este libro, que ponemos en conocimiento del estimado lector, interesado en la solución a este terrible flagelo responsable de innumerables males para unos y bendiciones para otros, permitiendo a estos últimos levantarse y alcanzar la gloria.
Analizamos algunos de sus aspectos, según la visión budista y cristiana, y proponemos la solución espírita, debido a la actualidad de los postulados que constituyen la Revelación del Consolador , invitando al hombre al autodescubrimiento , a la experiencia evangélica, a la conducta lúcida derivada del estudio y a la acción iluminadora en el camino de la caridad fraterna.
Confiamos en que nuestros esfuerzos contribuirán a la iluminación de nuestros lectores, conduciéndolos a la adquisición de la plenitud , en paz y salud, totalmente libres de sufrimiento, construyendo el amor como fuente viva de realización íntima y general.
Esperando haber alcanzado el objetivo que nos propusimos, oramos al (Modelo y Guía de la humanidad) para que nos bendiga y nos guíe.
Salvador, 17 de octubre de 1990. Joanna de Angelis See More